jueves, 23 de mayo de 2013

El general no es genocida. Esas osamentas son de antiguos cementerios de comunidades.


Miguel Ángel Albizures
No, El General no es genocida, no puede serlo, tres de los “Honorables” magistrados dicen que no,  que se repita el proceso a partir del 19 de abril. Quién sabe para qué, pero será para que otro tribunal conozca y absuelva, para que todo sea apegado al “derecho” de unos cuantos, de los veteranos militares, de los miembros de la asociación terrorista y, por supuesto, de la oligarquía representada en el CACIF, que levantó indigna su voz. 

El problema fundamental radica en que El Tribunal sí supo escuchar y fundamentar, pero se equivocó, juzgó a uno de los intocables que deben seguir siendo intocables, porque así lo dicen ellos, que El General no es genocida, que los y las ixiles mintieron, inventaron historias, ¡qué arrasaron sus aldeas!, ¡qué las violaron, qué mataron a sus hijos, qué les tendieron un cerco de hambre! ¿En dónde se ha visto eso?, si los soldados tenían instrucciones de respetar, de no herir, de no ofender ¡ni con el pétalo de una rosa a las comunidades!, simplemente exterminarlas.

El General no es genocida, eso dice la Corte Celestial, eso dicen los tres magistrados, eso dicen los defensores, que el proceso fue viciado, que la jueza no respetó sus derechos, que la jueza se extralimitó, que el abogado contratado para entorpecer el proceso tenía razón, que la jueza no le dio el gusto de paralizar el juicio histórico, y ante los rebuznos le exigió respeto. Ese tribunal, dignamente no escuchó los bombazos de billetes, porque cerró los oídos y los ojos para que no le deslumbraran. Por eso, dicen ellos, su fallo es injusto contra un General de generales que tenía el mando, y que fue un enviado especial del más allá, para terminar con los comunistas come niños, con esos que querían hacer de Guatemala una Cuba sin hambre, con educación, vivienda y salud gratuita.

No, El General no es genocida, esas osamentas son de antiguos cementerios de comunidades, destacamentos y cuarteles en donde hoy se exhuma, pero además eran de indios, de esos a los que se refería Domingo Faustino Sarmientos (1811-1888), diciendo “¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen… Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se les debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”. 

El Tribunal en pleno, la magistrada Gloria Porras y Mauricio Chacón, no tendrán nada de qué avergonzarse, han aportado al rescate del sistema de justicia y le han dicho a las víctimas que no todos somos racistas.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20130523/opinion/228670/

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