martes, 10 de diciembre de 2013

Mandela


Mandela

Lado B
Luis Aceituno
Algunos columnistas ya lo han mencionado, pero no está de más recordarlo: Si Nelson Mandela hubiera sido indio y guatemalteco y no negro y sudafricano, lo más seguro es que hubiera aparecido descuartizado en algún terreno baldío o sus familiares aún estuvieran buscando sus restos en alguna fosa común. Sus victimarios, por supuesto, hubieran sido amnistiados o exculpados y su asesinato presentado como un hecho “lamentable”, pero necesario, dentro de un enfrentamiento armado: Se le ajusticiaba por comunista y no por su pertenencia étnica.

Mandela llenaba el perfil, era subversivo, es decir, no descartaba la toma de las armas en la lucha contra la opresión y la reivindicación de su negritud iba de la mano con sus profundas convicciones marxistas. 

“La obra política y social de Nelson Mandela, artífice del derrumbe del injusto sistema apartheid en Sudáfrica, es un legado para la humanidad y un ejemplo a seguir por los hombres libres”, dijo el presidente Otto Pérez Molina, al lamentar el fallecimiento del líder antirracista, hecho que calificó como un “triste suceso” para  “los pueblos del mundo que aman la libertad, la justicia y la igualdad entre los hombres”. Yo respeto profundamente el sentido pesar del mandatario y admiro su decisión de reconocer que un líder revolucionario es un “ejemplo a seguir”, y que su lucha es un “legado para la humanidad”.

Espero que el pesar y el reconocimiento se extiendan también para los rebeldes, subversivos, marxistas y antirracistas guatemaltecos que proclamaban “la libertad, la justicia y la igualdad”, y fueron desaparecidos y asesinados en su lucha contra un “sistema injusto”. 

>laceituno@elperiodico.com.gt

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